Desde que en 1991 comenzó la campaña hasta el momento han sido modificados 1.150 bordillos, además de todos los de nueva construcción, que ya cumplen con los requisitos para facilitar el paso a las personas con minusvalías.

Estos bordillos están rebajados hasta una altura de 4 centímetros del aglomerado de la calzada, con el que les une una pequeña rampa, que evita al mismo tiempo que el agua invada la acera, según manifestó a Servimedia Juan José Barral, de Conservación de Vías Públicas.

Los tcnicos municipales han seguido como guía para invertir los 50 millones de pesetas de que han dispuesto este pasado año una lista de calles de preferente actuación facilitada por la Federación de Asociaciones de Minusválidos Físicos de la Comunidad de Madrid (Famma), según la cual las obras han beneficiado especialmente a los distritos de Chamartín y Chamberí.

En cuanto a la partida prevista en los presupuestos municipales de 1994 para eliminación de barreras arquitectónicas, Barral ignora si habrá fonos para este fin y, en ese caso, a cuánto pueden ascender.