LAS MADRES DE LA PLAZA DE MAYO PIDEN QUE EL GOBIERNO ARGENTINO SEÑALE A LOS ASESINOS "A LOS QUE NO PERDONAMOS"

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
SERVIMEDIA

Una representación de las Madres de la Plaza de Mayo se encuentra en la isla de Gran Canaria pra dar testimonio de los asesinatos y desaparaciones que tuvieron lugar durante la etapa de la dictadura de los militares en Argentina. Las Madres aseguran que "no olvidamos ni perdonamos la desaparación de una generación de argentinos" y culpan a los Gobiernos que se han sucedido tras la dictadura de mantener un "comportamiento cómplice".

Las Madres de la Plaza de Mayo han acudido a la isla invitadas por el Festival de Encuentros de Solidaridad con los Pueblos de Africa y América Latina, que se celeba en el municipio de Santa Lucía de Tirajana, "para que todo el mundo conozca lo que ocurrió allí". "Intentan por todos los medios que dejemos de presionarlos, pero sólo pararemos cuando todos los asesinos estén en la cárcel", aseguran.

El próximo domingo, día 30, se cumplirán 18 años del comienzo de su protesta. Es ahora cuando los testimonios sobre lo que ocurrió comienzan a salir a la luz pública, aunque las madres matizan que "sólo han dicho cómo lo hacian y lo que queremos es que se diga quién lohacía".

La presidenta de este grupo de Madres que se ha desplazado a Gran Canaria es Hebe Pastor de Bonafini, quien perdió a sus dos hijos y a una nuera a causa de la represión y a otros familiares como consecuencia de la tragedia por la que pasaron. Con entereza, asegura que "no se trata ahora de recuperar los restos de mis hijos, sino de cambiar un sistema social cínico y construir una sociedad justa".

Después de 18 años, las Madres continúan luchando, a pesar de los intentos de silenciarlas co un último ofrecimiento de pagarles 100.000 dólares por cada desaparecido, a cambio de aceptar las leyes de indulto y que se olviden de todo lo que pasó.

Sin embargo, no están dispuestas a olvidar, sobre todo después de los testimonios que van saliendo a la luz sobre las torturas de que eran objeto sus familiares y cómo los tiraban vivos al mar desde aviones y helicópteros con un bloque de cemento en los pies.

Se muestran disgustadas incluso con el informe Sábato, donde se insinuaba que los desaprecidos eran revolucionarios. Las madres responden con ironía argumentando que "parece increíble que hubiese tanto revolucionario en el país. Y si fuera así, por qué no los juzgaron en lugar de llevárselo unos encapuchados que asaltaban la casa de madrugada. ¿Y por qué nos molían a palos a los que estábamos en casa? ¿También eran revolucionarios los niños de apenas unos meses de vida que murieron o desaparecieron?".

Las respuestas, afirman, las tendrá que dar una sociedad distinta en la que los que doinan, tanto partidos políticos como personas, comiencen a señalar uno a uno a los culpables.

(SERVIMEDIA)
26 Abr 1995
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