Laura Cano salió de su domicilio el 15 de febrero de 1988 y desde entonces no se ha vuelto a tener noticia de ella, a pesar de que la policía inspeccionó los barrios marginales de numerosas capitales deprovincia españolas y zonas fronterizas.

En el momento de su desaparición, la joven tenía 15 años de edad, aunque, según comentó su madre, "tiene una mentalidad un tanto infantil".

"Todo es muy extraño, porque, aunque se la hubieran llevado o se tratara de un rapto, podría haber llamado. Sin embargo, no sabemos nada de ella desde entonces y todos los rumores sobre su paradero han resultado ser falsos", delaró la madre a Servimedia.

Los familiares de Laura no han perdido aún la esperanza de econtrarla "viva o muerta" y, por ello, el jueves presentarán toda la documentación relativa a su desaparición ante el gobierno civil.

Mientras tanto, cuando se cumplen 19 días de la desaparición de Ana María Jerez Cano, de 9 años, la policía onubense ha suspendido momentáneamente la búsqueda de la pequeña por falta de indicios sobre su actual paradero.

La Asociación de Padres de Alumnos del colegio Luis Vives, donde cursaba sus estudios Ana María, decidió convocar semanalmente una concentración ate el ayuntamiento de la ciudad para pedir que no se archive el caso.

Los familiares de la niña, desaparecida el pasado 16 de febrero, están pensando en la posibilidad de contratar a un detective privado.

La comisaría de la Policía Nacional de Huelva ha hecho un llamamiento a la población para que no dé crédito a las personas que dicen ser videntes y aportan "datos ambiguos" sobre el paradero de Ana María.

"Son personas con pocos escrúpulos, que pretenden aprovecharse económicamente de cualqier familia que tenga a alguno de sus miembros en paradero desconocido", comentaron a esta agencia fuentes policiales.