El Rey y sus hijas se mostraron especialmente afectados, con lágrimas en los ojos durante gran parte de la ceremonia, que presidió el arzbispo general castrense, monseñor Estepa.

Al acto asistieron los miembros del Gobierno, las altas autoridades del Estado y de las comunidades autónomas y representantes de la familia real.

Monseñor Estepa elogió la "discreta y sencilla grandeza" de la madre del Rey. Aseguró que con su desaparición, se cierra para la familia de Don Juan Carlos "un doloroso periodo" que ha durado los últimos 60 años de la historia española, en el que la tarea primordial ha sido "la cicatrización de las heridas y lainstauración de la paz".

Tras el oficio religioso, la condesa de Barcelona recibió honores de reina de España en el Patio de Armería del Palacio Real.

Una marcha fúnebre y 21 salvas de ordenanza pusieron término a la ceremonia previa al traslado de los restos mortales de doña María de las Mercedes al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.