LA MADRE DEL NÑO FALLECIDO AL ESTALLARLE UNA GRANADA PRESENTO UNA QUERELLA CONTRA EL MINISTERIO DE DEFENSA
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La madre de Julio César Cerdán, fallecido el domingo en Zaragoza al estallarle una granada que había recogido en el camo de tiro de San Gregorio, presentó una querella criminal por imprudencia profesional "contra el responsable de la seguridad del recinto militar", o sea, contra el Ministerio de Defensa. La querella incluye también una declaración de siete niños que recogieron ganadas en el mismo lugar.
El coronel jefe de la Comandancia de San Gregorio, Manuel Fernández Miranda, asegura que es imposible que los chicos recogieran las granadas fuera del foso de caída del campo de lanzamiento, que cuenta con la correspondiente señalización, además de que el paso está impedido por la existencia de una alambrada.
Por otra parte, los niños que entraron con el fallecido al campo de tiro explicaron que accedieron al campo de lanzamiento de granadas por una rampa, descendiendo pr lugares abruptos que no cubre la alambrada y donde tampoco hay carteles indicativos de peligro.
Dijeron que lo único que vieron fue un letrero indicativo de "gaseoducto" y otro que decía "zona de rebotes", y que a 20 metros del lugar donde estaban los explosivos había mujeres paseando.
Además, aseguraron que por el camino que recorrieron pasaban vehículos particulares, lo que parece demostrar que era zona de paso permitido.
El delito de imprudencia profesional en el que se apoya la querell presentada por el abogado Aurelio Marín Calvo en nombre de la madre del niño fallecido, está tipificado en el artículo 565 del Código Penal.
Según ese artículo, "cuando se produjere muerte o lesiones graves a consecuenca de impericia o de negligencia profesional, se impondrán en su grado máximo las penas señaladas", que pueden ser de prisión menor si se trata de una imprudencia temeraria y de arresto mayor, en el caso de que se considere imprudencia simple.
Después de observar detenidamente el lgar de los hechos, el abogado Marín Calvo cree la tesis de que los niños entraron al recinto de tiro por un lugar donde no había alambrada ni carteles indicadores de peligro.
Por su parte, la hermana del fallecido, Feli Cerdán, estimó que "ha habido negligencia e iremos hasta el final con la querella".
(SERVIMEDIA)
13 Mayo 1992
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