Lurraldea ha hecho un flaco servicio al movimiento ecologista -------------------------------------------------------------
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Fermín Ciáuriz, vicepresidente primero del Parlamento de Navarra, consideró poco viable la estrategia de confrontación que parecen esgrimir distintas gestoras y coordinadoras de defensa medioambiental de Navarra, ante lo que califican como inactividad del Ejecutivo que preside el conservador Juan Cruz Alli, en su compromiso de responder a los principales probleas que tiene planteados el sector en ese territorio foral.
El pasado 14 de abril, los dirigentes de varias de esas entidades entregaron a Alli un ultimatum, en el que le amenazaban con desencadenar movilizaciones de protesta a partir de Semana Santa, si persiste en esa actitud de supuesta desidia ante cuestiones del porte del trazado de la autovía de Leizarán, el vertedero de basuras de Góngora o el pantano de Itoiz, entre otras obras públicas polémicas y en trance de ejecución en Navarra.
Ciáurrz, que se encargó de recibir en Madrid, el premio que Amigos de la Tierra concedió este año al Parlamento foral, por su especial sensibilidad en materia de defensa del medio ambiente, manifestó a Servimedia que la Cámara apoya la postura del Gobierno en la materia, puesto que casi todas de esas gestoras o coordinadoras nacieron a raiz de proyectos adoptados mediante acuerdos parlamentarios.
En su opinión, la posición radical de Lurraldea, a través de la presión política de Herri Batasuna (HB) y el empeo de la violencia a cargo de la banda terrorista ETA, hacen un flaco favor a las gestoras y asociaciones que surgieron en respuesta a algunas de esas iniciativas de Obras Públicas y para defender intereses de los directamente afectados, que catalogó de "legítimos".
Estimó que, posiblemente, esa sea la razón por la que los movimientos ciudadanos optaron por cerrarse en persistir invariablemente en sus reivindicaciones globales, cuando los proyectos estaban más que aprobados y casi en fase de inauguracón (caso del vertedero del valle de Aranguren), en lugar de haber elegido la vía de reclamar las mejores contrapartidas posibles para sus entornos.
Sin embargo, Fermín Ciáurriz, que pertenece a Eusko Alkartasuna (EA), dijo que le resulta comprensible que las gestoras reclamen ahora a Alli las promesas que les hizo cuando accedió a la presidencia del Gobierno de Navarra.
UN ACICATE
En cuanto al premio otorgado por Amigos de la Tierra, dijo que constituye un acicate de primera magnitud para desarollar progresivamente esa política conservacionista que ha distinguido a Navarra como unade las comunidades autónomas más preocupada por los problemas del medio ambiente (los parlamentos de Asturias, Canarias y La Rioja también fueron galardonados).
No obstante, en las mismas declaraciones a esta agencia, el parlamentario navarro reconoció que el peligro está, "como casi siempre, en no encontrar el mejor equilibrio posible entre una explotación racional de los recursos naturales, garantizando la defnsa de los intereses legítimos de quienes viven en el medio rural, y una línea de defensa medioambiental que nos permita no sólo conservar lo que tenemos, sino acrecentar ese patrimonio para el futuro".
El problema no surge tanto cuando se trata de sancionar a una industria que contamina un río o a un municipio que no se preocupa de resolver el problema de la basura, sino sobre todo al establecer medidas de defensa que perjudican a quienes llevan toda la vida viviendo en el campo y son los primeros reponsables de su buen mantenimiento, recalcó.
Reconoció "los grandes errores cometidos" en los últimos años por las distintas administracionesy la necesidad de no repetirlos, "porque poco vamos a lograr si tomamos medidas sin escuchar antes la opinión de los más claramente interesados, los habitantes de las zonas objeto de intervención. Correremos el riesgo de ganarnos su desconfianza y animadversión".
"Creo que ese es el reto más claro que tenemos ahora sobre la mesa: evitar que, debido a la suuesta rentabilidad política que ahora encierra cualquier posición ecologista a ultranza, la balanza se incline peligrosamente en la defensa cerril de unas medidas de preservación del medio natural, sin contar para nada con los intereses, la experiencia y la participación de los residentes, que casi siempre son los que mejor saben cuidar su entorno natural", concluyó.
(SERVIMEDIA)
22 Abr 1992