"LUCRECIA PEREZ HA MUERTO POR SER UNA EMIGRANTE POBRE DE UN PAIS POBRE", RECUERDA EL MANIFIESTO CONTRA EL RACISMO
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El pintor Juan Genovés fue el encargado de leer este mediodía el "Manifiesto contra el racismo" en nombre de todos los partidos (PSOE, P; CDS e IU), sindicatos y asociaciones ciudadanas, convocanes de la manifestación de repulsa de la xenofobia que se ha celebrado en Madrid. El texto, que comienza alertando de que la ola de racismo en Europa "no puede echar raíces en España", hace el siguiente llamamiento:
"Denunciar la xenofobia, combatirla con la razón y la justicia, no es sólo un deber de solidaridad para con aquellos que la sufren, sino también y principalmente, una actitud de defensa de los valores democráticos, que cimentan nuestra convivencia y que están recogidos en nuestra Constitucin".
"Todas y todos los que hoy estamos aquí, nos sentimos profundamente conmovidos por los terribles sucesos de Aravaca. El asesinato de Lucrecia Pérez ha despertado con estupor y angustia nuestras conciencias, porque, tanto si la mano criminal procede de la camada negra del fascismo, de los hijos del odio y de la intolerancia, como si ha sido víctima de las mafias descarnadas, que trafican con la necesidad y la miseria de los desheredados, Lucrecia Pérez habrá muerto por ser una emigrante pobre de unpaís pobre".
El manifiesto recuerda cómo la dominicana muerta intentó buscar un lugar donde trabajar y vivir más dignamente. "Si ahora nos quedáramos sólo en esta manifestación pública de dolor y repulsa, habrán muerto también ella y otros, en el pasado y en el futuro, por nuestra incapacidad para generar una conciencia solidaria, unas pautas de convivencia en las que el otro, con sus diferencias étnicas o culturales, tenga cabida en igualdad de derechos y deberes".
"Negar la dignidad de los demá es monstruoso, escribió hace poco uno de nuestros filósofos. Monstruoso es, en efecto, atribuir todos los males y perversiones, globalizándolos, a minorías étnicas o colectivos diferenciados cuyas condiciones de vida están marcadas ya, previamente, por el envilecimiento y la marginación a que se ven sometidos, como fruto de la intolerancia o el rechazo".
"Intolerancia y rechazo que resultan doblemente injustos y absolutamente injustificables, si se producen, como es este caso, en un país éste de emigantes. Han sido y son millones los emigrantes españoles cuya aportación ha contribuido al desarrollo económico y cultural de otros países, sufriendo también en algunos casos el zarpazo de la xenofobia y, en la inmensa mayoría, la amarga experiencia del desarraigo, del abandono de la tierra, para buscar unas mejores condiciones de vida, exactamente igual que los emigrantes que hoy vienen a España".
"Deberíamos reivindicar aquí el derecho a no emigrar; el derecho a tener trabajo en la propia tierra, si sí se elije libremente. Pero mientras existan el Norte y el Sur, mientras la justicia, la democracia y la libertad no sean patrimonio común de todos los pueblos, mientras el racismo y la xenofobia asesinen y nieguen los derechos más elementales de las personas, tendremos que seguir reivindicando el derecho a la vida, a una vida digna, también para los que no tienen nad; el derecho al trabajo sin discriminaciones y el derecho a que nadie niegue la dignidad de los demás".
(SERVIMEDIA)
21 Nov 1992
G