Un portavoz de la organización Medicos del Mundo señaló hoy a Servimedia que "alrededor de 3.500 rfugiados ruandeses fueron desplazados" en la madrugada del lunes desde el campo de Mugunga (Zaire) hacia su país.

Según esta organización, en la madrugada del lunes el ejército de Zaire incendió y saqueo el hospital terapeútico-pedriático y el centro de salud número uno del campo de Mugunga que alberga a 150.000 refugiados.

En el citado campo de refugiados Medicos del Mundo mantiene desde julio de 1994 dos centros de salud, tres puestos de salud, el hospital terapeútico-pedriático incendiado, varos centros de protección infantil y una factoría de producción de alimentos.

Las mismas fuentes de la ONG manifestaron que "a los hospitalizados los han sacado de allí y no sabemos a donde los han llevado, aunque lo más seguro es que los hayan expulsado del país como han hecho con otros miles de refugiados".

Desde Médicos del Mundo se piensa que el ejército zaireño ha tomado esta medida "como represalía a la falta de política adecuada para los refugiados" inexistente desde que se iniciara el conficto entre Hutus y Tutsis en Ruanda.

LEVANTAMIENTO DEL EMBARGO

Por su parte, Medicos Mundi, otra de las organizaciones destacadas en el país africano, cree que las expulsiones llevadas a cabo por el Gobierno de Zaire "son una maniobra de protesta por el levantamiento del embargo de armas a Ruanda".

Además, las fuentes consultadas aseguraron que lo que más les preocupa "es la reacción que puedan llevar a cabo los refugiados", ya que su elevado número, alrededor de 750.000 personas en Goma, podrín aumentar el clima de conflicto.

Juan José Hernández, portavoz de Medicos Mundi para el tema de Ruanda, señaló que ACNUR tiene un programa de retorno de refugiados ruandeses a su país, que "funciona con cuentagotas" debido a la dificultad que entraña esta vuelta de refugiados a un país con graves deficiencias sanitarias y de seguridad por el conflicto tribal entre Hutus y Tutsis.

Para Medicos Mundi, las recientes expulsiones de ruandeses son producto de la "cosificación" internacional que están ufiriendo los conflictos de Ruanda y Burundi. Además, Hernández piensa que se "van a utilizar a los refugiados como moneda de cambio" en las negociaciones internacionales.

Cruz Roja, por su parte, ha movilizado a los delegados que tiene sobre el terreno y ha puesto en marcha un programa de distribución de alimentos y de agua, ya que las condiciones climáticas de la zona son muy extremas.

Según fuentes de la organización humanitaria internacional, en estos momentos se está prestando especial atencón a 500 refugiados (entre ellos muchos niñois solos) que se encuentran en la frontera de Ruanda al aire libre.