Durante un desayuno organizado por la Oficina en España de la Comisión Europea, López-Istúriz aseguró que no se trata de simples "ideales", sino de una iniciativa que "va avanzando" dentro de la UE para tratar de conseguir que los ciudadanos de todos los estados miembros se involucren en las decisiones comunitarias y participen más en los comicios al Parlamento Europeo.

En su opinión, en el referéndum sobre la Constitución Europea en febrero de 2005 los votantes "se aburrían" porque los dos grandes partidos españoles estaban a favor del tratado.

López-Istúriz adujo que los ciudadanos se implicarían más en los asuntos comunitarios si, en las elecciones, cada partido europeo pudiese presentar una única candidatura en todos los países de la UE, de manera que, por ejemplo, al frente de la lista de los populares estuviese un dirigente de relevancia internacional como Nicolás Sarkozy o, en el caso de los socialistas, Segolene Royal. "Sería lo ideal", apostilló.

"MOMENTOS COMPLICADOS" EN LA UE

El "número dos" del PPE admitió que la Unión Europea atraviesa "momentos complicados" desde la paralización del proceso de ratificación de la Constitución, que fracasó en los referendos celebrados en países como Francia u Holanda.

López-Istúriz apostó por una versión "reducida" de la Constitución Europea, en la que se comiencen asentando las bases de un tratado mediante un capítulo de derechos y garantías. A lo que se negó frontalmente fue a poner en marcha "a la carta" apartados de la Carta Magna comunitaria.

Además, reclamó una reforma de las instituciones europeas que pasen por reducir el número de comisarios e incluso el de parlamentarios, con el fin de "adaptarlas a la realidad" y agilizar la toma de decisiones sobre los problemas de los ciudadanos.

López-Istúriz lanzó un mensaje de advertencia sobre el auge de los partidos de extrema derecha en otros países de la UE y su posible aparición en España dado que es el único, junto a Grecia, donde este tipo de fuerzas no tienen una representación destacada.

En su opinión, los partidos democráticos no pueden ceder "ni un centímetro" en la defensa de los intereses de Europa porque, de lo contrario, se dará "pie a otros" para impulsar entre los ciudadanos un movimiento en contra de la construcción.

López-Istúriz apuntó a los problemas de la inmigración como uno de los elementos que pueden impulsar a la extrema derecha y que puede provocar que muchos jóvenes se dejen arrastrar "por ese movimiento que hay en las calles" actualmente.