En una conferencia titulada "España ante la globalización", pronunciada en el Club Siglo XXI, López Aguilar subrayó que "para el fortalecimiento del Estado autonómico se ha de superar la cada vez más ostensible y menos soportable carencia de un verdadero foro territorial donde las autonomías puedan cooperar entre sí y participar en la elaboración de las decisiones estatales que les afectan".

"El Senado actual esdolorosamente incapaz de cumplir esta función", lamentó. "Cumple otras, ¡vaya si las cumple!, como la de apisonar enmiendas que contradicen pactos previos".

Insistió en que las "modificaciones con las que queremos impulsar la cooperación autonómica pueden ser articuladas sin sobresalto alguno, a través de la reforma simplificada que prevé el propio Titulo X de la Constitución, que no necesita referéndum, y puede ser alcanzada por una mayoría cualificada de tres quintos de cada Cámara".

TECHOS COMPETNCIALES

Por otra parte, el dirigente socialista indicó que es un error pensar "que las comunidades autónomas serían distintas entre sí en función de sus denominados 'techos competenciales'. Hay que afirmar, ante todo, que la expresión es profundamente impropia cuando, de acuerdo con la Constitución y con ese entendimiento democrático que los socialistas propugnamos, las competencias resultan revisables al alza".

"Sólo existe, en realidad, un límite aceptable por todos: el del respeto que merecen as singularidades reconocidas en la Constitución y el de la irrevisable igualdad de derechos de todos los españoles", subrayó, para añadir que entre otras ventajas, "nuestro modelo compatibiliza la posibilidad de tener instituciones y competencias comunes para todos los territorios, con el respeto a los hechos diferenciales fundado en la propia Constitución".

Para López Aguilar "no es cierto que por esta dinámica evolutiva que viene transformándolo a fuerza de impulsos políticos, el Estado de las Autoomías se haya instalado en ninguna suerte de permanente transición. Antes bien", explicó, "la nuestra es una experiencia única, no imitación de ningún modelo preestablecido, para asegurar la convivencia en libertad en un país plural como es España. El Estado autonómico no es 'la enfermedad infantil' de ningún otro modelo, ni es 'la fase superior' de ningún otro estadio hipotético".

IMPERFECCIONES DEL MODELO

No obstante, recalcó que "dos décadas después de la Constitución de 1978 no podemos decir quenuestro Estado autonómico funcione a la perfección. Ni tenemos por qué resignarnos a nuestras imperfecciones, a nuestras vulnerabilidades o a cuantas disfunciones puedan ser observadas en su manejo práctico".

"No esperamos del PP ninguna propuesta a la altura de los retos, de las apuestas pendientes o de los problemas irresueltos, por más que éstos hayan sido identificados, abrumadoramente, por la doctrina, por los estudiosos, por los analistas, e historiadores del Estado de las Autonomías", agregó. López Aguilar quiso "apuntalar un Estado autonómico que en su conjunto sea un lugar de colaboración activa, comprometida y constructiva", y dé cabida a la participación de las distintas administraciones, abiertas a Europa, para lo que abogó por "impulsos reformistas" que superen la "lectura inmovilista, no ya conservadora sino francamente retrógrada".

IMPULSO LOCAL

Asimismo, apostó por un "fuerte impulso local que recupere lo inmediato y lo próximo como algo querido, pero sobre todo algo útil. Qu ponga a las corporaciones locales en una situación adecuada ante un orden crecientemente complejo, participativo y abierto, en la medida en la que, a través de la UE y las instituciones internacionales, nos relacionamos con el resto un mundo globalizado. Debemos potenciar el municipalismo y las capacidades de autogobierno local".

"Necesitamos constituirnos, desde las corporaciones locales, hasta la propia realidad española, en un orden abierto e integrado, fundado en los valores que nos mueven como cudadanos. De la fortaleza de lo local, hacia el fortalecimiento de una red de convivencia de alcance global, de alcance planetario", dijo.

Por último, señaló que "el Estado social y democrático de derecho, sus poderes públicos, siguen siendo, en los albores de este siglo XXI ese único resorte al que una parte considerable de la ciudadanía, la más desprotegida, puede todavía acogerse para satisfacer sus derechos fundamentales y sus intereses legítimos".

"Con ideas en la cabeza y motivos en el coraón, los socialistas españoles proponemos alumbrar nuevos pasos de profundización y perfeccionamiento en el camino que emprendimos hace más de veinte años y que sigue ahora siendo nuestra razón de ser: la lucha por una sociedad más libre, más formada y más culta, más participativa, más cívica y más igualitaria. Una sociedad más justa, aquí y en el resto del mundo", concluyó.