La huelga general, encabezada por su alcalde, el cmunista y miembro de IU, José Ropero, comenzó a las cero horas de hoy y finalizará a las doce de esta noche y ha sido secundada por gran parte de los mil seiscientos vecinos de la localidad.

La presencia de la Guardia Civil en Cuevas Bajas se remonta a más de ciento cincuenta años, lo que a juicio de los vecinos ha asegurado la tranquilidad a la villa.

El alcalde José Ropero ha delcarado hoy que si la Dirección General de la Guardia Civil insiste en la clausura del puesto "estamos dispuestos a too, desde encerrarnos en el pueblo, hacer huelgas de hambre o irnos todos a Madrid y no venirnos hasta que no nos traigamos a la Guardia Civil".

Cuevas Bajas se encuentra al norte de la provincia de Málaga, sobre la falla sísmica de Granada y junto al cauce del desembalse de la presa de Iznájar, circunstancias estas por las que Protección Civil ha declarado al municipio como zona de alto riesgo.

Ropero cree que la decisión de la clausura del cuartel "es el producto de un burócrata del Ministerio dl Interior que no ha tenido en cuenta ni al pueblo ni a sus circunstancias", al tiempo que teme por un aumento de la inseguridad.

Por su parte, el diputado comunista de IU por la provincia de Málaga, Antonio Romero ha declarado que el nuevo mapa de despliegue de la Guardia Civil "abandona las zonas rurales para concentrarse en las cabeceras de comarca".

"Las zonas rurales no deben abandonarse, ya que la Guardia Civil presta unos servicios de seguridad extraordinarios y es un efecto disuasorio par el tráfico de droga, que está entrando con fuerza en los pueblos", dijo Romero.

Esta tarde, una representación de vecinos de Cuevas Bajas, su alcalde y el diputado Romero se dirigirán hacia el Cuartel de la Guardia Civil para entrevistarse con su comandante de puesto y pedirles que no abandonen la localidad, lo que se convertirá en un homenaje al Instituto Armado.

Mañana a primera hora, José Ropero y Antonio Romero mantendrán una entrevista con el director general de la Guardia Civil, Luis Roldá, a quien entregarán un documento con más de mil firmas en el que se solicita la permanencia de la Benemérita.