En una rueda de prensa en la sede de IU, Llamazares recalcó que "la transferencia o trasvase" es un ejemplo de "cómo no se debe hacer política: con improvisación y con el regate en corto".

"Hay que hacerlo con una mirada de fondo, manteniendo la nueva política del agua", apuntó, y la respuesta del Ejecutivo central ante la escasez de agua en Barcelona reveló que, o bien había hecho "mal las previsiones", o que con una buena previsión "quería saltarse la nueva cultura del agua, interconectando cuencas por lo que pueda pasar el en futuro".

A su juicio, la posición adoptada por el Gobierno socialista es "una vuelta atrás, un giro a la derecha, una improvisación monumental, que ha estado a punto de costarnos ciento y pico millones de euros", concluyó Llamazares.

Por su parte, el coordinador de Izquierda Unida en Aragón, Adolfo Barrena, criticó el "triste espectáculo" de un Gobierno que aprueba un real decreto para derogarlo "porque ha llovido", y recalcó que la política del agua debe ser "más seria, no depender de la climatología".

Barrena lamentó que el único voto en contra de la conducción cuando el Congreso convalidó el real decreto fuera el de Llamazares, y defendió nuevas fórmulas de gestión basadas en "el uso eficiente y racional" del agua, y no políticas que respondan a las "peticiones" de una comunidad autónoma determinada.