Llamazares intervino hoy en el plenario del Congreso del Partido de la Izquierda Europea, que se celebra en Atenas y al que acudió una delegación de IU, el PCE y EUiA, las formaciones españolas que integran este partido fundado el año pasado y que preside Fausto Bertinotti, líder de Refundazione Comunista.

El líder de IU considera que la victoria del "No" en los referendos de Francia y Holanda sobre el tratado constitucional europeo, más allá de su impacto nacional, "ha sido un golpe que ha agravado la crisis de legitimidad del proyecto neoliberal de construcción europea".

"Tenemos que pasar a la ofensiva y lanzar la propuesta de una nueva Carta Europea de derechos sociales y políticos", prosiguió. "Queremos ser útiles para la gente. No nos faltan ideas ni alternativas concretas. Tenemos respuestas puntuales. Pero todavía carecemos de un proyecto global que articule un horizonte de civilización".

A su juicio, es necesaria la unidad de la izquierda europea para "defender los servicios públicos y el empleo de calidad", plantear alternativas a las deslocalizaciones industriales, e impedir los intentos de la Comisión Europea de "desmantelar" la legislación social comunitaria.

Otros de los retos de la izquierda son la lucha por la preservación de la paz, la democracia participativa, el progreso de las libertades y los derechos civiles, la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, la conservación de la naturaleza y la protección del medio ambiente.

SOLIDARIDAD INTERNACIONAL

En el ámbito internacional, expresó su respaldo a la proclamación de un Estado palestino independiente, solicitó la solidaridad de la veintena de formaciones que integran el PIE con el pueblo del Sáhara Occidental y "su justa exigencia de un referéndum de autodeterminación", y pidió apoyo a Cuba y Venezuela, "bajo amenaza permanente de invasión y golpes de Estado planeados por la Casa Blanca".

Por otro lado, denunció los "recientes y escandalosos acontecimientos en la frontera sur de Europa, en Ceuta y Melilla, donde cientos de inmigrantes han sido apaleados y deportados al desierto", lo que muestra la necesidad de una política de inmigración "generosa y solidaria", y propuso una campaña por el reconocimiento del derecho de voto de los extranjeros residentes en Europa.

Finalmente, advirtió de que "no progresaremos si no conquistamos el corazón de los jóvenes europeos", por lo que planteó la organización de un Encuentro o Festival de la juventud europea, "de contenidos sociales y culturales, como expresión de la lucha por el empleo, la paz y la solidaridad internacional".