LLamazares y el diputado de Iniciativa per Catalunya-Els Verds, Joan Herrera, se han reunido con Zapatero por espacio de dos horas en La Moncloa para hablar de los Presupuestos Generales del Estado para 2006 y de los próximos apoyos legislativos del Gobierno.

Joan Herrera dijo, de forma gráfica, que "es el momento de liderar" una mayoría parlamentaria que reforme y apruebe el Estatut y es el momento de "acabar con el pim-pam-pum a todo lo que viene de Cataluña".

Los dos dirigentes de IU estiman que ayer, por vez primera en dos semanas, se vio a un Zapatero que ganó la mano a Mariano Rajoy en la sesión de control porque se puso al frente de su partido y dijo: va a haber Estatut.

En las últimas dos semanas, opinan fuentes de la coalición, los socialistas han mantenido un discurso a la defensiva que lo único que ha logrado es abrirle las puertas al PP, puesto que si el partido del gobierno va diciendo que el texto es semi-constitucional, hay que tener por seguro que la oposición dirá que es inconstituciuonal entero.

"Hay determinados dirigentes del PSOE que deben ser más discretos, más comedidos", dijo hoy de forma gráfica Gaspar Llamazares, para quien se abre "una nueva etapa" en la que el Estatut deberá ser discutido y enmendado, sin "miedo", como pretende el PP.

Fuentes de IU aseguran que Zapatero ha estado "receptivo" a la propuesta de que los ministros deben de dejar de atacar el Estatut, aunque el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, que compareció ante los medios de comunicación minutos después que LLamazares y Herrera, no ha querido hablar del tema.

Moraleda sí ha explicado que Zapatero está liderando el proceso político "desde el mismo momento" en que fue aprobado por el Parlamento catalán, el pasado 30 de septiembre. Y lo está haciendo desde tres principios fundamentales: respeto a lo decidido por el 90% de los parlamentarios catalanes, "no crear un clima de anticatalanismo", y respeto a la facultad de las Cortes para cambiar el texto.

Moraleda ha perido al PP que "se serene" porque "los ciudadanos no quieren crispación sino diálogo, no quieren enfrentamiento, sino entendimiento".