Llamazares formuló esta propuesta antes de participar, junto con ex presos políticos y miembros de la plataforma "Por un centro para la paz y la memoria en la antigua cárcel de Carabanchel", en una visita a la cárcel, que actualmente está en ruinas y a la espera de su demolición para construir viviendas, equipamientos sociales y un hospital, entre otras cosas.

Para Llamazares, "la cárcel de Carabanchel", cerrada definitivamente en 1998, "debe ser un símbolo contra la lucha de la dictadura, de la memoria democrática".

Por ello, IU y diversas asociaciones de vecinos del barrio instan al Gobierno a conservar la parte más significativa de la antigua prisión, que es la cúpula central.

Asimismo, el portavoz de la plataforma "Por un Centro para la paz y la memoria en la antigua cárcel de Carabanchel", Julián Rebollo, insistió en que los 170.000 metros cuadrados que ocupa en la actualidad el recinto carcelario dan para construir los equipamientos previstos, y también para preservar un lugar como centro de la memoria.

"No se puede derribar la historia, porque el sufrimiento de los hombres y mujeres que han estado en la cárcel durante tantos años no se puede borrar ni se puede destruir", recalcó el portavoz de la plataforma vecinal.

Rebollo aseguró que, si al final las máquinas se presentan en la cárcel para derribarla, los vecinos harán "lo que sea" para proteger una parte significativa del antiguo penitenciario.

Esta plataforma anunció que el día 27 de septiembre habrá una concentración a las 18.00 horas, a las puertas de la antigua cárcel, para volver a reclamar que no se derribe el edificio que en su día recluyó a prisioneros políticos antifranquistas.