Llamazares, en declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Servimedia, remarcó que deja el cargo al frente de IU por la "responsabilidad del resultado electoral, pero no creo que haya que hacerse el harakiri".

Por ello, seguirá con su acta de diputado en el Congreso de los Diputados al considerarse "una persona comprometida con la política". "Voy a hacer mi trabajo como diputado y después mi trabajo como médico", añadió.

El que ha sido coordinador general de Izquierda Unida en los últimos ocho años señaló que, en el futuro, la organización debe ser "más imaginativa y más heterodoxa, menos fijada en torno a un dogma o una ideología cerrada, que la izquierda del futuro debe ser también una izquierda mucho más abierta, más mestiza".

Y, además, "superar problemas" de los partidos que se consideran "familias o prácticamente sectas" y también con otros aspectos como la "concepción federal que, en nuestro país, no sólamente en los partidos, también en los ciudadanos, está a medio camino, entre el respeto a la identidad y la federalidad del estado y el trivalismo". "Tenemos que evitarlo y superarlo", añadió.

En cuanto a su sucesor al frente de IU, que saldrá elegido en las próximas semanas en un asamblea general, Llamazares dijo que "hay mucho banquillo" y que "no es el problema buscar la persona para el nuevo impulso".Espero, añadió, que "la próxima asamblea no sea para mirar pasado y echarse las culpas sino sobre el futuro".

Sobre la actual crisis financiera, señaló que "estamos ante una recesión larga y dura" y, por ello, echa de menos por parte del Gobierno "algo más que medidas cosméticas o que políticas económicas continuistas, es el momento de hacer políticas de cambio".

En este sentido, apostó por la intervención pública en bancos con "dificultades" así como la creación de un "fondo público" para que los avales y apoyos lleguen directamente a la economía real".