Llamazares denunció, en declaraciones a Servimedia, que el Gobierno "se ha dejado engañar" y ha sido objeto de "una afrenta en las relaciones internacionales" al permitir las escalas y defender la legalidad de los conocidos como "vuelos de la CIA".

Reprochó a Moratinos que no pida explicaciones a Estados Unidos por el uso de aeródromos españoles, y se limite a condenar, como hizo en el Parlamento Europeo, las cárceles secretas, una vez que su existencia ha sido admitida por la Administración de George Bush.

"Es curioso que la primera vez que el ministro reconoce que estamos ante un posible delito sea ayer ante el Parlamento Europeo, cuando en España no había reconocido en absoluto que nuestro territorio podía haber sido utilizado para cometer delitos fuera de España", agregó.

Lo que sigue sin reconocer, prosiguió, es que los aeropuertos españoles fueron algo más que una estación de paso y se les utilizó como "una infraestructura para cometer delitos de lesa humanidad como torturas, encarcelamiento ilícito o secuestro, por parte de un Estado teóricamente aliado".

"Y el Ministerio de Asuntos Exteriores no saca ninguna consecuencia de ello", lamentó. "Decir que colaborará con la justicia no es suficiente, es absolutamente insatisfactorio, demuestra que sigue mirando hacia otro lado, que reacciona con pasividad pasmosa ante un engaño".

Llamazares considera que, ante la evidencia de que el Gobierno estadounidense "le ha mentido", el Ejecutivo español no debe limitarse a dejar el caso en manos de la justicia, sino emprender una investigación política y mantener una actitud "firme y clara, de rechazo, condena y exigencia a Estados Unidos".

Concluyó que la "larga cambiada" de Moratinos ante la Eurocámara revela que el Ejecutivo arrastra aún el "síndrome compensatorio" por la retirada de las tropas de Iraq, sin tener en cuenta que ésta es una cuestión de "defensa de los derechos humanos", que va mucho más allá de las relaciones con Estados Unidos.