En una rueda de prensa en el Congreso, Llamazares constató que la muerte de cuatro observadores de la ONU que estaban perfectamente localizados, sin ninguna "posibilidad de error", y con los que no cabe la justificación de los escudos humanos, queda demostrado que el Ejército de Israel tiene "objetivos civiles".

En este contexto, recalcó que el embajador de Israel "no tiene por qué rectificar a ningún dirigente político español", como hizo con el secretario de Organización del PSOE, José Blanco. "Si hay un malentendido entre los dos gobiernos, en ningún caso le corresponde al embajador solventarlo, se ha extralimitado".

En su opinión, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no debería permitir esta injerencia, que no admitiría si viniera del embajador de ningún otro país, y tachó de "hipócrita el escándalo" de Harel cuando su país practica el "terrorismo de Estado" con una guerra ilegal con objetivos que van más allá de la reacción al terrorismo.