En declaraciones a Servimedia, Llamazares subrayó que, pese a tener "aspectos positivos, al haber llevado a cabo políticas de rectificación importantes", se ha echado de menos en este año de Gobierno socialista la puesta en marcha de "políticas alternativas".

Entre los aspectos positivos destacó la retirada de las tropas de Iraq, el Plan Hidrológico Nacional, las medidas relativas al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y las pensiones, o las iniciativas en materia de derechos civiles, como la ley integral contra la violencia de género o el matrimonio homosexual.

EL TALANTE

Otro elemento positivo del Ejecutivo es el "talante, porque de un periodo de crispación y criminalización al adversario se ha pasado a un periodo en el que los gestos son amables y de diálogo".

En cambio, se perciben en este periodo "carencias fundamentales", especialmente en lo que respecta a algunos ministros que, en contra de la actitud del presidente, "actúan como si fuesen ministros en un Gobierno de mayoría absoluta, aunque estén en mayoría minoritaria".

"Aunque en mayoría absoluta también es exigible el diálogo, la negociación y el compromiso", estas cualidades son aún más necesarias en una situación parlamentaria como la que tiene el PSOE, por lo que criticó que el grado de compromiso con los apoyos parlamentarios sea "muy irregular y asimétrico entre el presidente y algunos ministros".

El líder de IU puso como ejemplo a las responsables de Educación, María Jesús San Segundo; de Fomento, Magdalena Alvarez; y de Vivienda, María Antonia Trujillo, que "aún no han empezado a hablar", algo que considera "preocupante".

Concluyó que, en resumen, las características de este año son la "rectificación y el continuismo", a pesar de que el Gobierno debería haber pasado ya a la fase del "cambio y compromiso de izquierdas".