En los pasillos del Congreso, Llamazares se pronunció así sobre la decisión de la Mesa de la Cámara de impedir la intención del presidente, José Bono, de invitar a famosos para leer fragmentos de la Constitución el día 5 en el hemiciclo.

Algunos grupos expresaron discrepancias con esa iniciativa, sobre todo por el modo en que se había decidido, sin consulta previa con los grupos parlamentarios, buena parte de la lista de esos famosos, y Bono decidió retirar su propuesta.

La conclusión, a juicio de Llamazares, es que entre unas cosas y otras los 30 años de la Constitución se van a conmemorar sólo entre políticos sin que tenga "ninguna trascendencia" entre los ciudadanos.

Recordó que la conmemoración de los 25 años fue "un jolgorio" y ahora cualquiera podría decir que más que una celebración "estamos ante un funeral". "Ni tanto ni tan calvo, ni jolgorio ni funeral", proclamó.

En su opinión, aunque es cierto que la celebración debería tener cierto "carácter crítico" porque la Constitución "ya es madurita" y algunos de sus preceptos deberían ser revisados, treinta años merecen una conmemoración "más social" con implicación de los ciudadanos.