En una rueda de prensa tras una reunión de algo menos de dos horas en el Palacio de la Moncloa, Llamazares explicó que le ha trasladado al presidente su opinión de que supone un "grave error" la ruptura de ese equilibrio entre las necesarias relaciones con el Gobierno marroquí y las reivindicaciones del pueblo saharaui.

A su juicio, esta actuación "dificulta la posición española en Magreb" y le resta capacidad de influencia, por lo que le emplazó a retomar una actitud equidistante, en lugar de "dar la razón al más fuerte".

Fuentes del Ejecutivo aclararon tras el encuentro que la actitud del presidente es la misma que la que mantuvo como secretario general del PSOE, es decir, defender una solución de consenso y acuerdo, satisfactoria para todas las partes y "liderada por Naciones Unidas".

En este sentido, indicaron que la ONU acaba de nombrar un nuevo representante para el Sáhara, y habrá que esperar a que éste dialogue con todos y decida su línea de actuación, que será apoyada por el Gobierno español.