En una rueda de prensa, Llamazares resaltó que las declaraciones de Mena son "singulares" como conducta individual pero "graves" desde el punto de vista político, porque "llevabamos muchos años sin que un alto cargo del Ejército realizara una injerencia tan grave en la vida política, tutelando la actividad de las instituciones democráticas".

Arremetió, asimismo, contra la reacción del PP, que, "lejos de condenar estas declaraciones, las ha comprendido, justificado e intentado incluirlas en una estrategia de desestabilización política que, cuando afecta al núcleo de la democracia, se convierte en desestabilización democrática".

Indicó que, hasta ahora, el PP realizaba una oposición "nociva pero legítima", pero en este caso "se ha apuntado a un bombardeo, a una declaración claramente inconstitucional", y después, al comprobar que su postura era inadmisible, ha optado por la "estrategia del calamar", al reclamar la comparecencia de Bono en el Congreso para "tapar sus vergüenzas".

Por otro lado, sobre la posibilidad de reformar el artículo 8 de la Constitución, al que se refirió Mena en sus declaraciones, no lo considera necesario porque el teniente general lo empleó como "excusa", porque ese artículo "no es como él lo lee y no tiene la interpretación que él le da".