"Patriotas descarriados -continúan- es lo mismo que decir que no son terroristas. Hasta ese extremo lega el señor Arzalluz, y nuestro partido se pregunta hasta qué punto, hasta qué grado va a alcanzar el señor Arzalluz en esta escalada de radicalidad en la que se está introduciendo él, y con él su partido".

A juicio del Partido Popular del País Vasco, lo más grotesco de toda esta situación es que la estrategia en la que se explican estas declaraciones no se sostiene y va a fracasar: "El PNV pretende ocupar un espacio más radical del que hoy ocupa, aproximándose a los violentos, exterminando a EA y sutituyendo a parte de Herri Batasuna".

"Pero es jugar con fuego -continua la nota- porque sería todo legítimo si no hubiese muertos y asesinatos. Esta estrategia es vieja y fracasada. El señor Arzalluz no es capaz de comprender que 1995 no es 1975. El presidente del EBB (Ejecutiva Nacional del PNV) tiene el reloj parado y cree que lo que políticamente pudo servir hace 25 años para sus intereses lo es ahora".

Para el Partido Popular del País Vasco, el señor Arzalluz corre el riesgo de que les suced lo mismo que a algún dirigente nacionalista como Telesforo Monzón, a quien el avance en su trayectoria vital le condujo a una situación de frustración y radicalización creciente.

En opinión del PP, la sociedad ha cambiado todo lo que no ha sido capaz de evolucionar el señor Arzalluz y, además, lo está haciendo en sentido contrario a cómo piensa éste último.