"Existen culturas distintas, diferencias a veces sustanciales. A medida que eso se puede ir corrigiendo se puedrá dar una corriente de opinión que permita un gran debate en CCOO y UGT. Estas cosas no se hacen por arriba. O se sienten abajo o no pueden hacrse", manifestó.

En este sentido, puso como ejemplo la fusión en 1977 de UGT con la Unión Sindical Obrera (USO), que calificó como "experiencia muy negativa", porque se trató más de una integración de los cuadros dirigentes de ambos sindicatos que una verdadera fusión, con lo que la USO sigue existiendo hoy en día.

También se refirió a la experiencia de los tres sindicatos italianos, unidos por una organización internacional, de quien dijo que, pese a su experiencia en este terreno son como "el Gadiana, tan pronto se tiran los platos a la cabeza como se llevan muy bien".

"No veo una fusión con CCOO, a corto plazo. Yo tengo que estar siguiendo la estela de lo que marcan los afiliados de la UGT. Mi obligación es trabajar por el entendimiento, y en esto se ha avanzado mucho en los últimos años", añadió.