Así lo aseguró hoy el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, durante una rueda de prensa en la que explicó el informe sobre el proyecto del plan antidopaje que la ministra de Educación, Cultura y Deporte, María Jesús San Segundo, presentó al Consejo de Ministros el pasado viernes.

Lissavetzky afirmó que las medidas contenidas en el plan incluyen medidas de calado que afectan a todo el Estado, y por eso el Gobierno cree básico el consenso con las regiones y las fuerzas políticas.

Este mismo fin de semana, el Consejo Superior de Deportes (CSD) ya ha enviado el informe del proyecto a las comunidades autónomas, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), las federaciones deportivas y los comités olímpico y paralímpico. Asimismo, ha sido remitido a los colegios profesionales de médicos, farmacéuticos y fisioterapeutas.

Además de las reuniones que se mantendrán a partir de ahora, el CSD abrirá un espacio en su página web en la que recibirá sugerencias al plan.

El programa incluye un conjunto de 59 medidas en las que están implicados nueve ministerios. La más importante de ellas es la aprobación de una ley antidopaje y una reforma del Código Penal que conllevará nuevos castigos para quienes utilicen sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento deportivo.

EXCESIVA LITIGIOSIDAD

El plan también establece la creación de un grupo policial de intervención antidopaje, una unidad antidopaje en la Fiscalía General del Estado y una Agencia Española Antidopaje.

Cuando el proyecto entre en vigor, las autoridades deportivas podrán realizar extracciones sanguíneas, inspeccionar botiquines en todas las competiciones oficiales y mejorar el control sobre el "desvío" de medicamentos hacia eldopaje.

Lissavetzky también destacó que habrá una mejor localización de los deportistas, que no verán invadida su intimidad, así como la creación de un sistema de arbitraje que tratará de evitar una excesiva litigiosidad de los casos de dopaje en la justicia ordinaria.

"Este no es un plan contra nadie, sino que va en beneficio de todos. El deportista no es sospechoso de nada", indicó el secretario de Estado.

Según el responsable deportivo, los niveles de dopaje en España son análogos a los de la media europea, y en torno al 3 por ciento de los controles dan positivos. "Pero hay una preocupación internacional y España quiere estar en la vanguardia", indicó.