En un encuentro informativo celebrado en Servimedia, Lissavetzky declaró "estar confiado" de que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) lleguen a un acuerdo para saldar la deuda, de más de 38 millones de euros, que los clubes tienen con sus jugadores.

Además, señaló que sería necesario la elaboración de un libro blanco del deporte profesional, con unas "pautas éticas de comportamiento que mejoren la convivencia entre los clubes y los deportistas", ya que, a su juicio, "las normas y leyes que rigen el deporte profesional no están claras".

El secretario de Estado cree que este conflicto podría "devaluar" el fútbol profesional español, debido a la posible marcha de jugadores, tanto extranjeros como foráneos, además de suponer "una adulteración de la competición, al contar determinados equipos deudores con ventaja respecto a los que cumplen la ley".

Estas declaraciones de Lissavetzky se producen días antes de que el próximo lunes, 28 de julio, la AFE y la LFP se reúnan y den a conocer el nombre de los equipos deudores, y bajo la amenaza de una posible huelga de los jugadores en la primera jornada de la Liga 2008/2009.