En declaraciones a Servimedia, el que fuera entonces co portavoz socialista en la comisión parlamentria que investigó el caso, significó que "el primer interrogante es que no sabemos realmente qué es lo que puede haber movido a Loyola de Palacio a dar un giro de 180 grados".

Sobre este particular, apuntó que lo que ahora está diciendo Loyola de Palacio "es justamente lo contrario de lo que decía antes". A este respecto, subrayó el hecho de que el fundamento de su denuncia coincide con las conclusiones a que llegó la Fiscalía Anticorrupción, tan denostada entonces por el PP.

"Es difícil de entener estas contradicciones", indicó Amarillo, quien destacó que "lo que sí queda claro es que se reconoce tanto por la vía judicial de la Fiscalía Anticorrupcioón, como por la vía de lo que parece ser saldrá en Bruselas, así como por la iniciativa de la propia protagonista, que lo denunciado en su día no era un montaje político del PSOE".

En este sentido, agregó que "el propio comportamiento de los protagonistas por un lado y del estamento judicial por otro, nos da totalmemte la razón en los mismo térmios que el voto particular del Grupo Socialista en la Comisión de Investigación del Congreso".