Según informó la aseguradora en un comunicado, el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), organismo internacional creado tras la crisis financiera de 2008 por el G20 con el fin de mantener un sistema financiero sólido, creó en 2015 el TCFD ante el riesgo creciente que supone el cambio climático.

De cara a facilitar a los mercados sus decisiones de inversión, este grupo estableció en 2017 una serie de recomendaciones sobre reporte corporativo de los riesgos y las oportunidades del cambio climático como los impactos meteorológicos, los cambios regulatorios y los hábitos de los consumidores. Más de 3.300 organizaciones de todo el mundo se han comprometido ya a seguirlas.

Como entidad adherida al TCFD, Línea Directa implantará progresivamente sus 11 recomendaciones, que se dividen en cuatro pilares. En materia de gobierno corporativo, y como ya hace la compañía, se contempla informar de la supervisión que hace el consejo de administración de los retos climáticos. En cuanto a la gestión de riesgos, el grupo debe informar de sus procesos internos para identificar y gestionar los riesgos, también se incluye el compromiso incluye describir su impacto en el negocio y la planificación financiera, y se contempla también publicar los indicadores y métricas que usa la compañía para medir su evolución en estos temas.

La aseguradora destacó que ya identifica y gestiona los riesgos ambientales, sociales y de buen gobierno en base a su estrategia de Riesgos ESG que queda recogida en el actual Plan de Sostenibilidad. Además, ha informado de estos aspectos en el Estado de Información No Financiera (EINF), publicado en el mes de febrero de este año, tras su primer ejercicio como compañía cotizada en Bolsa.

En materia de métricas, el grupo calcula desde hace más de diez años su huella de carbono en sus tres alcances (emisiones directas, indirectas e inducidas). Desde 2019, la compañía ha reducido un 58% sus emisiones en los alcances 1 y 2, en línea con su objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono para el año 2030 y gracias a medidas como usar vehículos de sustitución etiqueta ‘ECO’, instalar placas solares en los edificios de Línea Directa y poner vehículos eléctricos para el desplazamiento de los empleados entre los centros de oficinas.