Esta es una de las conclusiones del estudio sobre la calidad del aire presentado hoy por el consejero de Medio ambiente y Vivienda catalán, Francesc Baltasar, y que indica que los niveles de contaminación se han reducido en el área de Barcelona durante el año 2008.

La disminución de la velocidad máxima de circulación, junto con la reducción de la congestión, han provocado una reducción del consumo de gasolina de 38 toneladas diarias y del consumo de gasoil de 43 toneladas diarias.

Esto supone una reducción de 30.000 toneladas anuales de combustible y un ahorro anual de más de 40 millones de euros.Además, se han dejado de emitir más de 93.000 toneladas de CO2, principal responsable del calentamiento global del planeta.

El Servicio Catalán de Tráfico puso en funcionamiento, el pasado 15 de enero, el sistema de velocidad variable en las vías C-31, o autovía de Castelldefels, y la C-32, o Autopista del Garraf.

Este sistema se extenderá a la AP-2/B-23 hasta la Diagonal de Barcelona después de verano, y en 2010 llegará a los accesos norte a la capital catalana.