El Partido Socialista Europeo, que es la familia política más influyente de Europa y está en el gobierno en once de los quince estados miembros de la UE, abogó por una unión en que la integración económica y monetaria se inscriba en un marco político orientado hacia el desarrollo social, la creación de empleo y la protección del medio ambiente.

A su juicio, sólo cuando los ciudadanos perciban que la UE contribuye a la solución de sus principales problemas, como la pobreza, el deempleo y la criminalidad, "podremos esperar que se genere el suficiente apoyo en la opinión pública en favor de fortalecer y ampliar la unión".

Para luchar contra el desempleo, propone la incorporación como uno de los objetivos políticos centrales de la Unión Europea la adopción de medidas que refuercen la capacidad de la UE para realizar acciones coordinadas para generar puestos de trabajo.

También consideran que es necesario garantizar "que la tercera fase de la unión económica y monetaria empice con el mayor número posible de estados miembros".