Respecto a esta polémica surgida tras el siniestro del Liceo, Lucas aseguró en RNE que "me causa sorpresa, estupor y casi me parece un acto de indignidad política" que se desprecie las demandas conómicas para rehabilitar el patrimonio histórico artístico de Castilla y León.

Añadió que, si él se hubiera apellidado Pujol en vez de Lucas, le hubieran dado ya el dinero para las reconstrucciones del Acueducto de Segovia y de la Catedral de Burgos. "Creo con franqueza que si el Acueducto estuviera en Sabadell hubiera estado arreglado, además, con una gran campaña".

Lucas recordó que "más del 50 por ciento del patrimonio de toda España está en Castilla y León" y aseguró que "en el asunto del Aueducto y de la catedral de Burgos, la Junta de Castilla y León tiene motivos para el lamento y la preocupación, porque a nuestras demandas anteriores para reconstruir el Acueducto hemos recibido el silencio de los ministros de Cultura".

Respecto a la participación del Estado en ambos monumentos, el jefe del Ejecutivo castellano-leonés dijo que "ni cinco duros (en el Acueducto) y ojalá sean verdad los 300 millones de la catedral de Burgos, que no necesita 300, necesita muchos cientos de millones".

Lucas explicó que la actitud del Estado frente al Acueducto se debe a que "está en una comunidad que no es conflictiva, porque no necesitan nuestros votos para aprobar los presupuestos del 94 o porque entienden que es una responsabilidad en exclusiva de la administración regional".

Por otro lado, el presidente de Castilla y León aseguró que las relaciones entre el PP y el PSOE "deberán mejorar más" y reconoció el buen momento por el que atraviesan las mismas.