Votaron en contra dela tramitación Partido Popular, CiU y PNV, mientras a favor lo hicieron PSOE, Izquierda Unida, Coalición Canaria y Grupo Mixto.

Populares y nacionalistas catalanes y vascos coinciden en el argumento de que la gratuidad "universal" para todos los escolares sería una medida injusta, porque beneficiaría a las familias con ingresos altos, que pueden costearse sin problemas el gasto en libros.

Los tres grupos aseguraron, sin embargo, que como consideran positiva la iniciativa de la CEAPA, apoyarán unaidea sugerida por CiU para crear una subcomisión en el seno de la Comisión de Educación, que se constituirá el próximo periodo parlamentario de sesiones que comenzará en febrero. PP, CiU y PNV creen que este foro puede servir para que comparezcan los distintos sectores implicados (libreros, editores y padres de alumnos), y donde el Parlamento estudie posibles formas alternativas de gratuidad.

Juan Carlos Guerra Zunzunegui, del PP, defendió la política actual del Gobierno de combinar becas, ayudas y degravación fiscal, para que cada vez un mayor número de familias se vean menos afectadas por la adquisición de manuales escolares.

El diputado popular dijo que su formación está dispuesta a que, hasta el año 2002, se apruebe la gratuidad de los libros para las familias más necesitadas, pero no para todas. A su juicio, esta fórmula de gratuidad "parcial", que se baraja en términos parecidos estos días en el Congreso de Italia, puede ser la más idónea.

Sobre la posición actual del PSOE, recordó que ste partido no tomó ninguna medida en favor de la gratuidad durante su etapa de gobierno, e incluso puso como ejemplo una frase recogida del "Diario de Sesiones", que pronunció en el Congreso en 1986 el entonces ministro de Educación, José María Maravall, en contra de la gratuidad: "Es absurdo pensar que la Administración va a adoptar créditos para pagar libros que los niños se llevan al terminar el curso", afirmó Maravall.

Carmen Laura Gil i Miró, de CiU, dijo que la gratuidad universal no es "ni jusa ni equitativa", igual que la propuesta que hace la CEAPA de que los libros los entreguen los centros a los alumnos y los recojan sin deteriorar al finalizar el curso. Según CiU, este mecanismo supondría que los niños cuyos padres tienen más ingresos, terminarían usando libros nuevos, discriminando a sus compañeros con menos disponibilidades económicas.

Según CiU, una subcomisión parlamentaria puede ser buena para debatir de forma "serena" una iniciativa que a la CEAPA le ha supuesto mucho esfuerzo cudadano de recogida de firmas.

Por el PNV, José Juan González de Txábarri dijo que el sistema "colectivista" de préstamo de libros está "obsoleto" y es mejor debatir otras fórmulas de gratuidad en una subcomisión.

COARTADA

Bernardo Bayona, del PSOE, defendió la iniciativa de la CEAPA, por considerar que el derecho a una enseñanza obligatoria gratuita que recoge la Constitución sólo se garantiza con la gratuidad de los libros.

A juicio de los socialistas, la subcomisión que ha propuesto CiUes "una coartada para dar largas y paliar de manera vergonzante el malestar popular que causa el rechazo a la iniciativa de la CEAPA".

En representación de Izquierda Unida, María Jesús Aramburu, se preguntó por qué el Gobierno y sus socios nacionalistas se oponen a aprobar una medida que sería "calderilla" en el total de los presupuestos generales del Estado.

La coalición de izquierdas sospecha que esta oposición tiene su causa en la presión que ejerce el "poder fáctico" de los editores, que quieen seguir con una clientela "cautiva", con precios abusivos y favoreciendo a las grandes superficies.