Los autors del libro, que ha levantado ampollas en el movimiento feminista por su "mal gusto", sus "tintes fascistas" y porque "no dan la cara", según manifestó a Servimedia la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana María Pérez del Campo, aseguran en la introducción que su pretensión es intentar "desparasitar" al hombre o "por lo menos aliviarle los picores".

En clave de humor satírico, a lo largo de los seis capítulos del libro se exponen todas las recomendacioneslas que se tiene que atener un hombre separado o en trámites de separación, así como la "clase masculina" en general.

A su juicio, cuando un hombre está en una situación de separación, rodeado de "fieras" (su futura "ex", suegra, cuñadas y cuñados, amigos, vecinos, organizaciones feministas, etcétera) debería considerar la posibilidad de que "un grupo de apoyo le asistiese".

El citado grupo de apoyo le indica, entre otras conveniencias, que su mujer trabaje, porque "le viene de perillas" desde e punto de vista judicial que luche por que le atribuyan el uso y disfrute de la vivienda o compartir el domicilio, y que intente "distraer" algo del dinero que gana. Además, le recomienda un trabajo autónomo, mejor que un sueldo fijo, lo que le permitirá engañar a su esposa y al juez alegando que el negocio va muy mal y no tiene ingresos.

INSULTOS

A lo largo de todo el texto se utilizan calificativos como "loba", "araña", "parásitos", "explotadoras", "marujas", "fieras", "mendas", "esposa-carga" o "arga perpetua" y expresiones como "casta superior de mantenidas", para describir a las "ex", las organizaciones feministas, las familiares de las mujeres y la mayoría de las féminas.

En cambio, presenta a los hombres como víctimas y les engloba en la "casta inferior de mantenedores", "expoliados", "expatriados", "cornudos", "apaleados", "sacrificados", "penados", "parias" y "vergonzantes", como a sí mismos se califican los autores del libro en su epílogo, en el que piden disculpas por ser "escritores ergonzantes" y a los que le falta valentía, razón que alegan para justificar que publiquen el libro bajo seudónimo.

En el epígrafe "Dinero público para sus enemigas" del capítulo VI del libro, los autores hablan de la proliferación como hongos de asociaciones y organismos de defensa de la mujer. Según el texto, "las ubres de todos estos organismos públicos (ONU, UE,ayuntamientos, diputaciones, fundaciones) están llenas y dispuestas para que chupen muchas asociaciones, en especial las más combativas" y da una lista de más de un centenar de asociaciones de mujeres con sede en Madrid.

A su juicio, el gasto de las féminas cada vez es más elevado, porque los entes públicos cada vez dan más dinero y estimulan la creación de grupos de "combativas" que, al movilizarse cada vez más, hacen que los entes públicos dediquen cada vez más dinero a gastos de mujeres, además detransmitir "su ideología" a cargo del presupuesto público y de crear miles de puestos de trabajo a cubrir por "especialistas feministas".MALTRECHA ECONOMIA

Por eso, dicen, "un pobre varón-separado" dedica "un pellizco" de su maltrecha economía a mantener directamente a su "ex". Además, dedica a través de sus impuestos "otro pellizco" a mantener indirectamente "los gastos específico de 'ex', asesoras, lesbianas, feministas... Todas muy amigas y benefactoras de Vd. ¡El Colmo! A pagar, calladamente, alas que chillan contra uno".

Y añaden: "¿Cuántas mendas estarán viviendo de la 'subvención' o forrándose, subvención tras subvención,de varios organismos a la vez? No estaría de más un control de cuántas subvenciones al año se llevan algunas asociaciones de chicas".

El prólogo del libro fue redactado por un miembro de la Asociación de Padres de Familia Separados sin conocer su contenido, aunque el presidente de esta organización, Juan Luis Rubio, declaró hoy a Servimedia que esta persona fue expulsada de la asociación al conocerse su intervención en la polémica obra.

Rubio agregó que bajo ningún concepto están de acuerdo en qu se insulte a las mujeres en general, aunque sí comparten otras críticas a la actual legislación sobre el tema.