Serrano también aseguró que este año Iberia andará cerca de los "números negros" y que, con toda seguridad, alcanzará beneficios en 1993.

Según el directivo de Iberia, la liberalización "no producirá milagros" en los precios, especialmente en un momento en que las compañías están perdiendo dinero, por lo que sólo cabe esperar que las subida sean inferiores al IPC.

Además, en los vuelos interiores entre las islas de los archipiélagos canario y balear, que tienen precios "políticos", será necesario elegir entre elevar sensiblemente las tarifas o que el Estado subvencione el déficit a que den lugar estas rutas.

Tampoco habrá bajada de precios en la ruta de mayor densidad de pasajeros, el "puente aéreo" entre Madrid y Barcelona, aunque sí ofertas para determinadas franjas horarias y para determinados colectivos de clientes.

"Que n se engañe el usuario español, porque las tarifas domésticas son mucho más bajas que las del resto de Europa: ir de Roma a Milán o de Londres a Manchester es mucho más caro que ir de Madrid y Barcelona".

A su juicio, "hay una cierta demagogia política europea que, por un lado, lanza el mensaje al consumidor y a la opinión pública de que los precios van a bajar, mientras que, por otro lado, no invierte un duro en desarrollar aeropuertos y en crear un sistema de control de tráfico aéreo europeo, en luga de los 22 que hay ahora".

Serrano aseguró que la estrategia de Iberia se basará, entre otras cosas, en aumentar la productividad e incrementar su posición en el tráfico entre Europa y Latinoamérica, aprovechando su participación en compañías aéreas de Argentina, Venezuela y Chile.

El director de Estrategia de Iberia se mostró convencido de que el proceso de liberalización reducirá a tres o cuatro las compañías aéreas europeas en un plazo de diez años, lo que implicará la fusión de la compañía esañola con otras.

Asimismo, vaticinó que, al final del proceso, las tarifas volverán a subir "como ha ocurrido en Estados Unidos, donde las tres compañías ganadoras son las que marcan la ley de precios y, cuando los bajan lo hacen para hundir a algún competidor".

"Ahora mismo", explicó, "en Estados Unidos hay una guerra de precios a la baja, y no porque las grandes compañías quieran hacer más barato el viaje al consumidor, sino porque hay varias empresas en proceso de quiebra y quieren ayudarlas u poco a desaparecer antes de que se recupere el ciclo económico".

LA COMPETENCIA DEL TAV

Por otra parte, Serrano dijo que Iberia teme más el desarrollo de las autovías y autopistas que la competencia de la futura red europea de trenes de alta velocidad.

Adujo que el carácter periférico de España dentro del continente no favorece al tren tanto como pueda hacerlo en Centroeuropa, donde compañías como la alemana Lufthansa sí puede resultar perjudicada por la alta velocidad.

Actualmente, con l Expo en marcha, el tráfico de Iberia con Sevilla ha crecido un 60 por ciento y, aunque al término de este acontecimiento habrá una reducción de pasajeros, Serrano pronosticó que será "pequeño".

Finalmente, el directivo de Iberia señaló que, aunque el Plan Estratégico de Iberia prevé una reducción de plantilla de 3.300 empleados, no cabe descartar nuevos recortes hasta llegar a la plena liberalización aérea comunitaria de 1997.