Tras hacer una exposición del "infierno" y el precio tan ato que ha padecido su pueblo a lo largo de las dos últimas décadas, Boués recordó que Israel "ha atacado a mi país hasta ayer", y solicitó que en la búsqueda de un nuevo orden internacional no se aplique una política de "doble rasero".

Para ello, según Boués, es necesario que se haga efectiva la resolución 425, que exige un respeto estricto a la integridad territorial de los estados y la retirada de Israel de los mil kilómetros cuadrados que ocupa en el sur del Líbano desde junio de 1982, tras una opeación militar destinada a aplastar la resistencia palestina.

Para el portavoz libanés, las fronteras de su país no se pueden negociar de ninguna de las maneras; su Gobierno se encargará de controlarlas, pero es necesaria la evacuación israelí, con independencia de que se adopte una solución global para todo Oriente Próximo.

"Nadie podrá disfrutar de la paz", dijo Boués, "si sigue habiendo volcanes en erupción en las fronteras".

El ministro de Asuntos Exteriores del Líbano, tras solidarizarsecon los palestinos y árabes y arremeter contra los asentamientos, insistió en que la fórmula "tierra a cambio de paz" es la única capaz de conseguir el equilibrio en Oriente Próximo.

El representante de la delegación libanesa no se refirió en ningún momento a la presencia militar siria en su territorio.