"Quiero ser optimista. Hay razones fundadas para la esperanza", dijo De Grandes a Rne. Sin embargo, precisó que aún queda pendiente definir con precisión "la llamada legitimación activa", es decir, quién puede instar a la ilegalización de una formación política en virtud de esta ley.

En el PP, explicó el portavoz popular, "seguimos entendiendo que el Parlamento, como representación de la soberanía poplar, tiene que jugar un papel esencial en cuanto a quién insta a la ilegalización".

Otros asuntos, como la supuesta retroactividad de la reforma, han quedado solventados con el diálogo, dijo De Grandes, ya que "nunca estuvo en el ánimo del Gobierno". "No se trata de condenar ideas, sino comportamientos presentes, pero sin dejar de tener en cuenta el contexto", reiteró.

Frente a quienes ven en esta reforma un vehículo para la posible ilegalización de otros partidos además de Batasuna, De Grandes rcordó que en España "se puede defender cualquier idea", incluso las que son contrarias a la Constitución, pero no utilizar la democracia para amparar la violencia.