La investigación, liderada por el profesor Geraldo Magela-Vieira, apunta que determinados ejercicios pueden incrementar la presión ocular y producir glaucoma.

En el estudio participaron 30 voluntarios de sexo masculino y edades comprendidas entre los 18 y los 40 años con una tensión ocular normal, que practicaban este deporte.

Los investigadores les pidieron que realizaran una serie de ejercicios conteniendo la respiración en el momento de máximo esfuerzo, y otra serie respirando de manera continuada.

Cuando contenían la respiración, el 90% de los participantes experimentó una subida de la tensión ocular de casi el 25%, mientras que cuando respiraban normalmente la subida fue la mitad y sólo se produjo en un 62% de los participantes.

Estudios previos ya habían mostrado que las personas que experimentan cambios frecuentes en la presión ocular son más propensos al glaucoma.

Según Magela-Vieira, el problema parece producirse cuando se retiene el aire en los pulmones, lo que provoca un incremento de la presión en el pecho, que a su vez afecta a la presión ocular, por lo que el oftalmólogo recomienda respirar de forma continua durante el entrenamiento para evitar el problema.