En una nota de prensa, Leguina señaló que los asesores de imagen "con Cascos, desde luego, han alcanzado el éxito pleno. A este asturiano lo han dejado sin aristas, sin colinas, sin brumas. Plano, transparente y redondo. Vamos, que no hay por donde cogerlo".

El diputado socialista dijo que resulta "un espectáculo deprimente" ver el mpecinamiento del ex vicepresidente del Gobierno "en mostrar y demostrar su fidelidad gregaria y obsecuente para con Aznar".

Por otra parte, indicó que aunque se quiera vender a Aznar como un estadista capaz, en realidad es "un remedo de Mr. Chance, aquel personaje cinematográfico que interpretó Peter Sellers, casi un 'border line', que una vez aupado, a través de manejos espurios, a la presidencia de los Estados Unidos, cada vez que abría la boca para decir una nadería, ésta era interpretada por los xégetas cual si hubiera hablado el oráculo de Delfos".

"Y en ese coro", añadió, "la voz de Alvarez Cascos resuena con la potencia de la falsedad, no sé si la mentira, pues hay que considerar verosímil que Cascos, incluso, se lo crea. Que, cuando elogia a su jefe con alabanzas imposibles, esté convencido de las inabarcables virtudes con las cuales le adorna. Lo cual, de ser cierto, constituiría un caso de vampirización mental bien triste".

A juicio de Leguina, "los grandes líderes que en el mundo an sido, todos, han crecido ejerciendo de vampiros, pero cuando se acusa a José María Aznar de 'cesarismo' se está cometiendo una gran injusticia con Aznar y, sobre todo, con el vencedor de Farsalia. Los verdaderos liderazgos, al menos, tienen la ventaja de la grandeza. Esto de Aznar se parece más a una necia conspiración, ante la cual tan sólo conviene repetir la frase de aquel niño: 'el rey está desnudo'".