Los legionarios justifican su actitud debido a la "gran preocupación que nos causa que se difunda una imagen distorionada de la vida en el Tercio". Los legionarios, entre los que no se encuentra ningún mando, al menos de forma aparente, aseguran que su actitud es "a título particular y sin erigirnos en representantes de nadie, aunque sabemos que muchos de nuestros compañeros comparten esta preocupación".

En el escrito que encabeza el documento, advierten que prefieren evitar referirse a los casos particulares que recientemente ha sacado a la luz la Oficina del Defensor del soldado, "pero sí podemos afirmar que osotros no hemos sufrido ni presenciado caso alguno de maltrato sistemático".

Sugieren además que les queda la duda sobre si "la presente campaña está motivada por la recta intención de impedir los malos tratos en el Ejército, de lo cual ya se ocupa la Justicia Militar, o más bien de la conocida hostilidad antimilitar de esos señores y su mal disimulada vinculación a ciertas opciones políticas".

Los legionarios aseguran que no son "masoquistas o sádicos, ni aceptamos ningún código de conducta carelario", añadiendo que "nadie tiene derecho a torturar a nuestras familias con informaciones ampliamente difundidas".

Solicitan por último "respeto a quienes voluntariamente servimos a la Patria en la gloriosa Legión, en esta época de indiferencia y confusión que se nos plantea".

La solicitud de firmas comenzó ayer y ya se observan grupos de legionarios que van por los comercios y calles de la isla de Fuerteventura pidiendo la rúbrica al documento en el que se exponen los motivos de su queja.

Además, otros grupos de legionarios han comenzado a comparecer hoy en emisoras de radio locales expicando sus puntos de vista y atacando a la revista Interviú, que publicó en uno de sus últimos números un artículo en el que se hablaba de torturas y malos tratos en el acuartelamiento de la Legión en Fuerteventura.