Estos componentes, que no se encuentran en las leches infantiles, son fundamentales para el dasarrollo de los nervios cerebrales y a retina, como pudo comprobar el equipo del doctor Sanjiv Anin tras el análisis de 37 bebés prematuros.

Tras cuatro semanas de pruebas, los investigadores comprobaron que los niños prematuros alimentados con leche materna tenían un tronco cerebral más maduro que los que tomaron leche infantil.

Estudios anteriores habían demostrado que los niños alimentados con leche materna tenían un coeficiente intelectual y una función visual mayor que los que tomaban leche infantil.