Sólo pueden circular los coches de residentes, transporte público, servicios de urgencias y motocicletas, desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche, y los transportes de carga y descarga desde las diez de la mañana hasta la una de la tarde.

Según el ayuntamiento, con esta medida se hace frente a la escasez de plazas de estacionamiento, a la contaminación acústica y al alto número de vehículos que circulan por el barrio, al tiempo que se pone orden en la carga y descarga.

Durante una primera fase, el área va a estar controlada por policías municipales y agentes de movilidad, que serán sustituidos posteriormente por unas cámaras que captarán las matrículas de los coches para determinar si son o no de residentes. En el caso de los no residentes, podrán ser multados.

COMERCIANTES Y VECINOS

Los vecinos del barrio pueden pedir las tarjetas que certifican que son residentes en las oficinas de atención al ciudadano, a través de Internet o por teléfono.

La Asociación de Comerciantes y Mayoristas de Centro y la patronal Copyme han expresado su rechazo al cierre al tráfico del barrio de Lavapiés, por considerar que dificulta su actividad y supone una clara restricción de la libertad de empresa.

Por lo que se refiere a los residentes en el barrio, hay opiniones para todos los gustos. Mientras algunas asociaciones de vecinos apoyan a los comerciantes, otras no están de acuerdo con sus reivindicaciones.

También hay vecinos que consideran que a partir de ahora no tendrán intimidad, al estar obligados a facilitar las matrículas de los coches de amigos y familiares cada vez que acudan a sus casas. Otros, por el contrario, aplauden las restricciones de tráfico acordadas.