Una antena del tamaño de un sello de correos permitirá leer la información contenida en las etiquetas inteligentes colocadas en prendas de vestir o en alimentos, por ejemplo, y que el frigorífico avise de que los yogures están a punto de caducar o informe de los productos congelados o veruras existentes en su interior.

Los hornos, por su parte, podrán indicar automáticamente el programa de cocinado más adecuado, sugiriendo tiempos de elaboración para cada alimento.

Esta revolución es posible gracias a un acuerdo de cooperación entre Merloni y Lab-Id, propiedad de Mauro Benetton, productor de etiquetas inteligentes. Merloni lleva más de 10 años desarrollando sistemas electrónicos para aplicaciones en el hogar. Hoy en día, más de 200 personas trabajan en I+D para Merloni, y las invrsiones en nuevos procesos y productos durante 2002 ascendieron a 90 millones de euros.