En declaraciones a los periodistas, Liaño dijo que "nada del asunto Lasa-Zabala se guardó en los armarios de los jueces, ni cuando el señor Carlos Bueren era el instructor ni cuando yo continué y cerré el sumario".

El ex juez agregó que el citado sumario estuvo "constantemente" guardado en un armario blindado y que cuando él se marchó de la Audiencia Nacional nigún documento se encontraba en sus armarios particulares.

A su juicio, las informaciones sobre la aparición de documentación supuestamente no aportada al caso "pueden formar parte de una cadena diseñada con precisión matemática para deslegitimar la actuación judicial en un asunto tan grave, tan importante y tan trascendente como fue el sumario Lasa-Zabala".

Gómez de Liaño mostró su confianza en que la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional impedirá "esas pretensiones de sepultar este procediminto" y argumentó que "bastantes sepultados hubo en este caso".

En su opinión, el tiempo ha dado la razón al magistrado del Tribunal Supremo José Manuel Martínez Pereda, que en el auto de procesamiento contra Gómez de Liaño dictado el 3 de noviembre de 1998 emitió un voto particular en el que expresaba su temor a que, a raíz del sumario abierto contra el ex juez, otros asuntos instruidos por éste "y que se referían a terribles crímenes cometidos por los GAL pudieran ser neutralizados o deslegitimados". Aclaró que los papeles supuestamente no aportados a la causa "no se referían más que a algo tan sencillo como al acta de comparecencia de los inspectores de policía" e insistió en que las informaciones difundidas por la prensa están realizadas "no con muy buena fe procesal".

Gómez de Liaño compareció voluntariamente ante el juez Juan del Olmo y declaró desde poco antes de las diez menos cuarto hasta las doce y media de esta mañana. A la reunión asistió el teniente fiscal de la Audiencia Nacional,Jesús Santos, y la secretaria judicial que supuestamente encontró los documentos.