Bayo, que daba muestras ante el tribunal de encontrarse débil y sin reflejos, sí tuvo fuerzas para lanzar un alegato en el que aseguraba que "comparto el dolor de las madres de Lasa y Zabala, porque el sufrimiento de una madre no conoce ideologías (...), es un sufrimiento desgarrador, sin ningún adjetivo".

Mientras, el presidente de la sala, SiroGarcía, deliberaba sobre la posibilidad de acceder a la petición de Bayo. En un principio, indicó que "la legislación española no prevé la declaración de los acusados por escrito, salvo supuestos excepcionales como que el acusado sea sordomudo".

El ex guardia civil respondió al presidente de la sala que "si me deja el escrito lo podría leer yo mismo", tras lo que Siro García decidió que fuera su abogado, Angel López Montero, quien leyera el texto para que Bayo fuera ratificando su contenido.

Una ez tomada esta decisión, empezaron los problemas para encontrar en el sumario el escrito que Bayo quería ratificar. El secretario no daba con la página exacta, por lo que Siro García tuvo que pedir a los abogados que ayudaran a dar con el texto en cuestión, si sabían dónde estaba.

El letrado Jorge Argote aprovechó este momento para expresar su opinión sobre si la lectura de la declaracion de Bayo debería producirse antes o después de las preguntas del fiscal, a lo que Siro García respondió: "usted no s una parte igual que la Presidencia", que tiene que encargarse de arbitrar.

"No hay combate entre usted y yo, entienda lo que es el sistema procesal español", prosiguió el presidente de la sala. "Lo único que intento es llegar a una ordenación de las declaraciones de Bayo, de forma que queden garantizados los derechos de todas las partes", añadió el magistrado.

Argote ya había protagonizado antes, durante el interrogatorio de Felipe Dorado, otra de las anécdotas del día, al quitarse las gafas depués de oir la cinta con una conversación entre Dorado y Francisco Javier Olivar, en la que se referían supuestamente a él como "el Lupos" y "el de las gafas de culo de vaso".