LASA-ZABALA. BAYO EXCULPA A TODOS LOS PROCESADOS Y SE RETRACTA DE LA DECLARACION INCULPATORIA
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El ex guardia civil Felipe Bayo manifestó hoy que no se encuentra en condiciones de declarary pidió a la Sala que le juzga por el "caso Lasa-Zabala" que le permita leer un escrito presentado ante la Audiencia Nacional el pasado mes de marzo, en el que exculpó a todos los imputados y se retractó de su anterior declaración en la que reconocía haber interrogado a los presuntos etarras en el Palacio de la Cumbre.
En el momento en el que fue llamado a declarar por el presidente de la Sala, Siro García, Bayo indicó que se encontraba en un "estado depresivo" y tomaba abundante medicación, por lo qu "no tengo capacidad para argumentar como debería. Es como si tuviera que hacer una carrera de 1.000 metros con un esguince", explicó.
Por ello, pidió al presidente de la Sala que le permitiera leer el escrito presentado ante el tribunal que lo juzga el pasado mes de marzo. Tras una serie de consultas sobre la posibilidad de acceder a esta solicitud, Siro Garcia decidió que el secretario judicial leyese este escrito y Bayo ratificase o no su contenido.
En este escrito Bayo aseguraba que tanto él omo el resto de los acusados son inocentes de los "execrables" delitos de los que se les acusa y opinaba que el secuestro y asesinato de Lasa y Zabala pudo ser perpetrado por mercenarios ajenos a las Fuerzas de Seguridad del Estado pagados por "poderes fácticos" de la sociedad.
"Ni Dorado ni yo hemos participado en la salvajada que se cometió contra Lasa y Zabala, y Elgorriaga y Galindo también son inocentes". Aseguró que, en aquellas fechas, veían al general Rodríguez Galindo en la comandancia de Zumlacárregui.
En este texto, Bayo apunta a que el relato de los hechos, realizado en su anterior declaración, "se cae por su propio peso" y añade que las "técnicas" utilizadas contra Lasa y Zabala no son propias de los cuerpos de élite ni de las Fuerzas de Seguridad del Estado, y que los restos mortales de los presuntos etarras permanecieron desde que fueron descubiertos en 1984 hasta 1995 "sin que nadie les hiciera desaparecer".
De esta forma, Bayo se retractó de su declaración prestada en agosto e 1997 ante el juez instructor del caso, Javier Gómez de Liaño, en la que reconoció haber interrogado a Lasa y Zabala en el Palacio de la Cumbre, donde estuvieron la primera noche el general Rodríguez Galindo y el ex gobernador civil de Guipúzcoa Julen Elgorriaga.
PASAMONTAÑAS Y GRILLETES
En aquella declaración, que ahora niega, Bayo dijo que Lasa y Zabala se encontraban uno en la cocina y otro en la bodega cubiertos con un pasamontañas y atados con grilletes. Allí permanecía, casi constantemente, e capitán Angel Vaquero y acudía también el capitán Alba, de la Unidad de Servicios Especiales, así como el teniente Fidel del Hoyo, él mismo, Dorado y otra gente de la Guardia Civil.
En el Palacio de la Cumbre, dijo, los detenidos permanecieron varios días y aseguró que no les torturaron y que pensaron que iban a ser devueltos a Francia. También indicó que su asesinato sería cometido posteriomente por mercenarios, versión que, según esta declaración de Bayo, Rodríguez Galindo pretendía ocultar.
E el escrito del mes de marzo, que el ex guardia civil ratificó hoy, también explicaba las razones por las que realizó esta declaración ante Gómez de Liaño. Dijo que "se encontraba en una situación de desamparo y abandono pensando en mi hijo (...) en mi familia, sobre todo en mi madre que se encontraba física y psíquicamente enferma".
Bayo estaba entonces en prisión provisional después de que el general Rodríguez Galindo hubiera quedado libre porque no existían riesgos de fuga, "resolución claramente atidemocrática y clasista".
Esta situación le llevó a realizar la mencionada declaración, algo que no hizo por sí mismo, sino por su familia que "sufría terriblemente" su injusta prisión.
Recordó la mala situación en la que se encontraba, sus intentos de suicidio y se manifestó "profundamente arrepentido" de haber inculpado en esta declaración a sus superiores "que son personas inocentes".
DOLOR DE CABEZA
Durante el interrogatorio del fiscal, la sesión tuvo que ser interrumpida durante diezminutos a petición de Bayo que, dando muestras de encontrarse mal, dijo que padecía un dolor de cabeza.
Al reanudarse la vista, el presidente de la Sala preguntó a Bayo si quería dejar la declaración para mañana pero éste prefirió continuar.
(SERVIMEDIA)
21 Dic 1999
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