Lareina declaró a Servimedia que la encuesta "tiene que ser un motivo de reflexión importante para que quienes mantienen posiciones inmovilistas y numantinas, en un ámbito y en otro, se den cuanta de que no llevan a ninguna parte y avancen junto al resto de la sociedad hacia una etapa de distensión en la que la violencia sea algo que corresponsa al pasado".

A su jucio, el acercamiento de presos etarras a cárceles vascas "es un clamor popular absolutamente mayoritario, por encima de afinidades ideológica y de adscripciones a partidos, sean de ámbito nacional vasco o de ámbito nacional español".

"Todos los que vivimos aquí sabemos que la actual política penitenciaria es un elemento de crispación social, que va en contra de la normalización, de lograr un clima social más distendido", agregó, "por lo que es necesario y urgente un cambio en la política penitenciaria de acuerdo con la voluntad mayoritaria de los ciudadanos vascos y que permita avanzar hacia un proceso de paz".

Por lo que se refiere ala condena a la violencia callejera, Larreina apuntó que "la inmensa mayoría de los ciudadanos vascos rechazan la violencia en cualquiera de sus graduaciones, ya sea la máxima, privar de la vida a un ser humano, o la mínima, que pudiera ser el insulto o la coacción vebal".