Discapacidad

Lanzan un decálogo para preparar la llegada de un cachorro a la familia

Madrid
SERVIMEDIA

Royal Canin y la Fundación ONCE del Perro Guía recopilan una serie de recomendaciones para ayudar a los cuidadores a afrontar con mayor seguridad la primera etapa de vida de los perros.

Seis de cada diez personas consideran a su perro como un miembro más de la familia, y su salud y bienestar son motivo de preocupación para ellas, especialmente en la etapa en la que son más vulnerables, la de cachorro.

Así lo ponen de manifiesto los datos del estudio ‘Mascotas y propietarios: la importancia de cuidar los primeros momentos juntos’, en el que muchos cuidadores reconocen que cometieron ciertos errores cuando su mascota llegó a su familia, referidos a su educación, socialización o alimentación.

Por ello, Gemma Baciero, veterinaria de Royal Canin, y Ana Jarabo, supervisora de cachorros de la Fundación ONCE del Perro Guía, han recopilado una serie de consejos para ayudar a los cuidadores a afrontar esta etapa con mayor seguridad y contribuir a la salud del cachorro desde el primer día.

Estas recomendaciones para la llegada a casa de un cachorro son las mismas que los profesionales de la Escuela del Perro Guía de la ONCE trasladan a las familias que deciden acoger durante un año un pequeño que se convertirá en perro guía, un voluntariado al que la Organización invita a todos aquellos amantes de los animales que quieran vivir una experiencia inolvidable y puedan dedicar al cachorro el tiempo suficiente para su socialización.

UN CACHORRO EN CASA

El momento ideal para que el cachorro entre en la familia es a partir de los dos meses, para que pueda pasar tiempo con su madre y hermanos y haya tenido la ocasión de aprender a comunicarse con otros iguales. Así se evitarán problemas de socialización en el futuro.

Para ayudar a que el animal se sienta como en casa más rápidamente es útil preparar su cama y su espacio para dormir, el comedero y bebedero, así como su espacio para comer, juguetes, la correa y collar.

En cuanto a la alimentación, los cachorros necesitan de un alimento completo y equilibrado adaptado a su etapa de crecimiento y desarrollo. En una primera fase necesitarán un mayor número de tomas al día con poca cantidad de alimento. Poco a poco, se reducirán las tomas y se aumentará la cantidad. En este sentido, lo mejor es seguir las pautas indicadas por un profesional veterinario.

Además, los cachorros tienen que explorar su entorno, así que es importante retirar todo aquello que pudiera resultarles peligroso (cables, calcetines, productos de limpieza, medicamentos), o cualquier otro producto tóxico para ellos.

La presentación al resto de la familia debería hacerse dejando que el cachorro explore sin agobios y sin estimularlo en exceso. Si en casa ya vive otro animal, podemos empezar por una presentación en una zona más neutral, como por ejemplo la calle.

En cuanto a las primeras salidas a la calle, si el veterinario está de acuerdo, pueden empezar desde el segundo día de su llegada a casa, mediante trayectos cortos, andando o en brazos si aún no tiene todas las vacunas puestas, para que se familiarice con su nuevo entorno.

El cachorro ha de conocer de manera gradual, tranquila y confiada diferentes entornos, estímulos y situaciones para afrontar su futuro de una manera más relajada y segura, sin temores, acompañando a sus cuidadores a cualquier sitio.

Respecto a la socialización, es muy importante en esta etapa relacionar a nuestro cachorro con sus congéneres, con personas adultas y niños para que no les tenga ningún temor.

La educación es básica para cualquier cachorro. Entre las primeras cosas que se les deben enseñar está la evacuación de sus necesidades en la calle, siempre de forma gradual y respetando el mobiliario urbano y las aceras.

También tiene que aprender a respetar objetos que no son suyos, logrando que no los muerda, no robar comida, y otros aspectos de la convivencia en casa. A medida que crezca, se podrán ir enseñando otras cuestiones de educación que nos pueden facilitar y ayudar en la convivencia, como los comandos de ‘sienta’, ‘échate’, ‘quieto’, ‘ven aquí’. Se recomienda utilizar siempre el refuerzo positivo para el aprendizaje.

Por último, el veterinario debe ser el profesional de referencia para comprobar que el animal crece y se desarrolla adecuadamente y, también, para resolver todas las dudas que puedan ir apareciendo en el día a día.

(SERVIMEDIA)
25 Jun 2024
CAG/gja