Según informaron fuentes policiales, el atentado se produjo sobre la una de la madrugada y la rápida intervención de la Policía Municipal evitó que las llamas se propagaran al resto del edificio. En el lugar de los hechos, en la calle Carreteros, se encontraron restos de botellas de plástico que desprendían un fuerte olor a gasolina.

El humo de los artefactos explosivos ennegreció la fachada del edificio y el interior de la sede de UGT, situda en el primer piso, mientras que las llamas causaron desperfectos en las ventanas y en el interior de la zapatería de la planta baja.

El secretario general de la UGT de Navarra, Miguel Angel Ancízar, calificó de "mafiosos" a los autores de la acción y a quienes les apoyan y pidió a la sociedad y especialmente a los trabajadores de Tudela que marginen a los violentos.

Por su parte, el máximo responsable ugetista en la Ribera, Patxi San Juan, aseguró que "la verdad es que la gente que trabajamos quí tenemos un poco de miedo porque al final no puedes defender tus opiniones porque corres el peligro de cualquier día no sólo sea una botella de gasolina, sino que pongan algún artefacto explosivo".

San Juan recordó que la Casa del Pueblo de Tudela es objeto periódicamente de pintadas y otros sabotajes y acusó a "los violentos de siempre, que no aceptan los planteamientos democrácticos", de realizar este tipo de acciones.