El centro recibe una media anual de casi 8.000 solicitudes de análisis, aproximadamente repartidas por igual entre alimentos y otros productos no alimenticios.

De cada producto se analizan un númer variable de aspectos, que van desde el etiquetado o la verificación de la información que ofrecen al consumidor en el envase, hasta el cumplimiento de la normativa europea o española. El año pasado se realizaron 76.798 determinaciones sobre un total de 7.691 muestras, lo que significa una media de 10 parámetros por producto.

En el CICC, situado en Barajas, trabajan 120 personas, de las cuales la mitad son titulados superiores. Creado en 1970, inicialmente su labor se centró en el campo de la alimentaión. A partir de 1984 se inició el control de otros productos, como los de limpieza doméstica y juguetes.

El centro tiene un programa anual de campañas de control -este año analiza productos textiles, productos químicos de uso doméstico y conservas vegetales, de pescado y marisco-. Este programa, elaborado en colaboración con las comunidades autónomas, representa aproximadamente la mitad de los análisis que efectúa.

El otro 50 por ciento de los controles corresponde a solicitudes de la Red de Aleta, de ámbito nacional y europeo, previsiones de riesgo o denuncias, que tienen prioridad. Además, hay consultas procedentes de otros departamentos de la Administración, como Aduanas, Policía o Justicia.