L CSIC INVESTIGA PARA PREVENIR INUNDACIONES Y RIADAS EN LA CUENCA DEL TAJO
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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) está realizando un proyecto para localizar "puntos negros" y prevenir futuras inundaciones en la cuenca del Tajo, similares a la que dio lugar a la catástrofe de Biescas (Huesca) hace ahora tres años.
Para ello se analizan datos históricos, geomorfológicos y topográficos sobre avenidas de agua, que pueden remontarse hasta la prehistoria,así como variables climatológicas para establecer tendencias.
Un equipo del Centro de Ciencias Medioambientales del CSIC, dirigido por Gerardo Benito, está realizando este estudio en colaboración con la Universidad Complutense y el Instituto Tecnológico Geominero. Se trata de confeccionar una base de datos a partir de la reconstrucción de riadas ocurridas en la historia y en la prehistoria de este cauce, que incluya mapas y bibliografía, así como datos sobre sus características (daños materiales y humnos, corriente, localización, causa, etc,).
Según el CSIC, de esta forma se consigue establecer una tendencia y deducir la vuelta de estas avenidas en cada lugar. Los investigadores han estudiado variables climáticas (severidad o bonanza de los inviernos, sequedad de los veranos, etc.) para configurar modelos y relacionarlos con la incidencia de las inundaciones en diferentes épocas históricas. Se pretende que la base de datos pueda consultarse en un futuro a través de Internet, para valorar en qué luar se establecen asentamientos humanos, embalses o enterramientos radiactivos de forma más precisa que hasta el momento.
Estos datos completan los registrados de caudales y niveles que se miden desde los años 50 en las estaciones de aforo de los ríos. Dado que las riadas catastróficas en España se suceden muy espaciadas en el tiempo, las avenidas ocurridas en el pasado constituyen la mejor herramienta para conocer los caudales, niveles y daños humanos y materiales que se puedan producir en las inundacones futuras. Para obtener información sobre la magnitud de las riadas en estos períodos, un dato que no figura en las crónicas historiográficas, se toman datos cualitativos de estos textos para deducir los cuantitativos.
Cuando se trata de riadas no datadas históricamente, se estudian los sedimentos en las proximidades de los ríos y se logra obtener información de hasta 10.000 años de antigüedad. Para ello se emplea un procedimiento consistente en extraer muestras de sedimentos que han dejado las sucsivas riadas y analizar los limos y arenas, cuya edad se calcula a partir de los restos orgánicos o de carbón vegetal que quedan atrapados junto con los sedimentos y sobre los que se aplica la técnica del carbono 14.
(SERVIMEDIA)
05 Ago 1999
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